Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

lunes, 30 de diciembre de 2013


Volver a la vida. No a la vida de antes, no al otoño de ayer, no al esqueleto de Valentina o de Paula, no a la lluvia de abril. 
He vuelto a mí, en reconciliación. 
He salido a mi encuentro y me he abrazado, he besado mi clítoris y gemido mi rabia. He huido de los libros para llegar aquí. 
La música me hizo un guiño y se perdió. La verdad me robó humanidad y me reflejó la nube. 
Es diciembre, es el fin número veintiuno. 
Soy gato negro y la vida dos.  
De algo hay que vivir. 

domingo, 29 de diciembre de 2013

Mis miedos no radican en temer a lo desconocido, sino en tener un mismo resultado a una misma situación, mis miedos entonces la mayoría del tiempo son intentos a, intentos de... Hoy lo entiendo e intento recordar el proverbio chino: "El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y afuera no había nadie."

Pienso que para muchas cosas estúpidas, peligrosas y atrevidas nunca tuve miedo. Hoy veo que era siempre porque la única persona perjudicada en caso de que ocurriera algún error, era yo. Y también veo que era una forma de defender el poco carácter que tengo con otros, mostrarme fuerte era mi método, mostrarme valiente y sin temores. 
Con el tiempo yo misma me creí siendo valiente, siendo fuerte y no me permití sufrir, ni sentir dolores físicos o emocionales. Gran error.

Volví a fumar.

viernes, 27 de diciembre de 2013

PUCHOS

Se sentó cerca de la ventana, la garganta dolía, no hacía muchas horas antes evitó una inyección para que mejore, las pastillas estaban haciendo lo suyo y el paquetillo de cigarros le gritaba desde el rincón. 
Empezó entonces con el primero, mientras iba leyendo de a poco lo que le escribía, sí, fluía, nacía, no había nada que no pueda explicar, ella era la roca, él escribía un mar. 
Cigarro. Fuego. Humo. Niños gritando.
Se sentó cerca de la puerta, la abrió, computador y cigarro, aparece un gato, se miran, se quieren, se acompañan. 
Cigarro.
Sigue leyendo, sigue dispuesta al llanto, pero el llanto no llega, es mágico, no hay dolor en ésto, tampoco decepción, ella sigue siendo comprensiva. La garganta aprieta. 
Cigarro.
Reflexiona un poco y se confunde, luego se da cuenta que siempre estuvo confundida y más tarde su vida entera era caos. Escribe su caos, describe su caos, ama su caos y lo abraza. 
Se fuma un cigarro. Toma un poco de agua.
Espera que le diga algo más, pero ese algo más no llega, llega por fin la comprensión, y al menos finge que la entiende y rompe todo en pedazos cuando vuelve al principio y es verdad, el orgasmo de uno lo siente el otro, de manera que las explosiones son constantes. 
Pucho y recuerdos. Cenicero desbordante. 
Se siente asquerosa, ha vomitado todo aquello que le hacía un nudo y siente que a él le molesta, que él no lo entiende, hasta que se burla un poco. 
Estúpida piensa, se fuma otro pucho.
Decide dejarse fluir, pero la idea que se asomó un poquito antes, ahora se asoma entera. No, no se puede fluir así. 
Así que fuma. 
Ya ni si quiera tiene la cuenta de cuánto a fumado, mira el cenicero y dice, jamás fumé tanto en mi vida. Y en realidad jamás se le hizo fácil fumar uno tras otro y ésta vez fue así. 
Amiga le dice, brindemos. Ella mira el vino tinto y dice, ésta noche no, ésta noche estoy yéndome en el humo, ésta noche me fumo ésto que no sé que es, pero que sabe que no es pena, que no es rabia, es resignación y entendimiento.
Pucho.
Vuelve a la mesa, mira todo y lo ve en cada rincón, reconoce que lo extraña y hace un par de horas atrás estaban abrazados. 
Reconoce que le duele más la mentira que el engaño. Reconoce que no le molesta que sea infiel, sino que no sea leal. 
Reconoce que está fumando porque se abandonó para encontrarse, para ser su propio abrazo, para acompañarse. 
Enciende varios, uno tras otro. 
Entiende a madre, entiende a amiga. Ellas se abrazan también así.
Piensa en él y lo siente lejos, una lejanía metafóricamente real. Se imagina una amistad que no sabe si va a existir. 
Fuma.
Ríe.
Sonríe.
Decide descansar, ya sabe todo lo que quería saber y un poquito más. Se sorprende de tener el corazón sereno. De sentir éso.
Fuma y se despide. 
Pone música para regalonearse y dormirse. Tocan a la puerta, buscan a Roneau, el gato que la acompañaba no hoy, si no casi siempre. Roneau, el mismo a quien ella le decía gordo y el venía sin pensar. 
Decide mensajearle, siente que el gato era de ambos. Pero no hay respuesta. 
Se duerme. 
No sueña, al menos no que lo recuerde. Mira el cenicero y piensa, es demasiado.
Busca alguna novedad en su página. Ninguna. Él no respondió un mensaje simple porque no quiso. 
Pucha. (jaja)

jueves, 26 de diciembre de 2013

Y que me mate si es necesario, la indecisión, el dolor y la pereza. Pero será una  muerte pobre, una muerte inútil y vacía. Y como decía mi amiga, aún así morir es más bello que no ser.

Amén.

Si, me sentí una asquerosa, pero después empecé a disfrutar. La navidad me trajo a aquel que yo pensé era tan fácil rechazar, y después de caer una vez más y otra más en sus brazos lo pensé como una despedida, al fin y al cabo, la vida nos separa una vez más, ésta vez por lo normal: la distancia. 
Y lo que me llevó al punto más alto de mi decisión fue tener una visión de futuro y preguntarme, ¿Qué pasaría si en medio de toda ésta armonía caótica se fecundara un ser en mí? y ahí encontré la respuesta, clara y firme, y no menos dolorosa. 

lunes, 23 de diciembre de 2013

NORTEEEE

Antes pensaba, que irónico, que lo que me hacía daño era lo que necesitaba. Hasta me parecía que a él también. Ninguno de los dos quería asumir que si bien éste amor había sido real, no era suficiente para sentirse lleno y feliz.
Hoy me siento bien, pensé que me destrozaría y que se me acabaría el mundo cuando decidiéramos terminar, pero el final fue aún más inesperado para mí y mucho más liberador. Y la razón fue que cada uno se sintió lleno con otro que no éramos nosotros mismos. Lo mío fue antes, sólo que no quería desistir de ésto que estaba viviendo e insistía e insistía en darle vida a éste juego de dos. Aveces me sentí luchando sola, otras a él. 
Si, se me rompió el corazón al saber que había otra persona destinada a corresponder al que yo pensé y sentí como un gran amor. Y mi corazón hoy está feliz de saber que al menos él encontró el relleno a ese vacío en una persona física, yo en cambio sentía ésto que me faltaba como algo más espiritual y ciertamente lo encontré y confirmé en el mismísimo momento del quiebre. Todo aquello carnal que nos unía me ha dejado una paz enorme ahora que no está, y lo mágico de todo ésto es que siento incluso que le tengo más estima que ayer, cuando se suponía era mi todo. 
Y es que siempre tuve el don de la empatía del que tanto renegaba, siempre me sentí tan comprensiva que incluso contribuía a ese daño que me hacían. Hoy comprendí que yo misma soy mi inicio y no mi meta. 

En mi corazón no hay espacio para rencores, ya ni miedos. Y tampoco hay tiempo en mi vida para permitirme vivir aunque sea una corta depresión. Siempre le aconsejé al resto que en un momento así, uno debía sufrirlo todo, sacarlo todo, masticar cinco minutos la deliciosa miseria y luego chao, se fue. Y es hora de seguir mis propios consejos, darme mis propios ánimos, amarrarme a mi Fe y a mis dogmas. Eso que yo siento y decido que me hace bien, que me sana, que me alegra, que me hace sentir feliz y completa.
Y en el fondo hoy entiendo que lo que me hacía infeliz era no estar cerca de mi misma y de lo que realmente quería. De no amarme por lo que soy sino por lo que tenía y por lo que sentía que me faltaba. Hoy la felicidad brota de mí, brota sana y sinceramente, no tengo miedo de aceptar de que sí, mi orgullo dolió y mi corazón se ha roto, pero al menos eso me hizo comprobar que tenia uno! Jamás sentí una pena así porque el amor se me iba, y en realidad el amor crece, la muerte llena, no vacía! 

Hoy mi sentimiento es de gratitud, no me arrepiento de haber pronunciado ninguna de las pocas palabras de amor que supe decir, porque estaba llena de miedo. Mi más grande gesto de amor ha sido dejarle ir y amarle con todo mi ser. Acompañarle incluso a ir en busca de ésos seres que yo pensé que le harían mejor que yo. Con ésto que pasó no tengo miedo de amar, sino al revés! tengo ganas de amar con todo mi ser a la persona que sea que Dios ponga en mi camino para amarme y acompañarme. Y eso puede ser hoy, en cinco meses, en un año o en diez y yo sé que sabré esperar e inundar de amor a las personas hermosas que conforman mi círculo que crece y crece.

No tengo palabras en verdad para explicar lo que estoy sintiendo, lloré mucho, grité y patalié, pero me saqué todo el dolor que podría estar viviendo mañana pero que ya no está! ¡Qué hermosa vida! 

Sé que en medio de mis dificultades, de mi enfermedad, de mi indecisión, de mis dudas, de mis miedos, de mis errores, siempre, SIEMPRE saldré adelante, porque me siento con un corazón sano y bueno y doy gracias por poder sentirme así, no como antes que me sentía lo peor, con un corazón negro y asqueroso, solitario. Mi corazón ha sido abierto y ya no se volverá a cerrar, menos por un hombre, y menos por ése hombre que yo tanto quise, quiero y querré, ya no como amante, ya no como novio, sino como amiga, esa que yo sé que puedo ser y entregarle mucho más que un placer efímero e invisible o una mano física. 

Gracias vida. Mi sonrisa hoy es mi  arma, no mi escudo. 

jueves, 14 de noviembre de 2013

Más adelante se verá todo. No era una promesa, era un hecho. 
La balanza que siempre había estado más cargada de un extremo, recién empezaba a moverse. 
 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Lo haré porque quiero, quiero porque puedo 
y puedo porque dijiste que no podía...
Me enseñaron tantas cosas que no me sirven. 
Me dijeron tantas mentiras y verdades a medias. 
Me cantaron canciones que no existen. 
Me alimentaron de caricias frías. 
La lejanía del corazón roto, duro, de piedra.

Las crónicas de la niña sin dios que encontró uno. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El cabello alborotado después de haber cumplido la meta simple: llegar peinada a tu destino, ¿Qué pasó?..
Pasó que me han llamado, he cogido el teléfono y he aceptado la invitación. El me ha tomado y sin mucha suavidad me ha tirado contra la cama, ahora si suavemente me quita las ropas, es todo un ritual. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

¡Que loco es despertar con las cosas tan claras! Mis pensamientos, mis sentimientos y las posibles soluciones, todo absolutamente claro como una imagen puesta delante de los ojos.  Sentir como cae la cortina que tapaba todo lo que estaba al otro lado. Lo que sirve conversar las cosas, hablarlo todo sin miedos ni restricciones, hablarlo todo tal y como es. (y aún falta) 
El espejo en el que me miro cuando hablo con alguien más es absolutamente necesario, hace totalmente fértil la tierra en la que crezco, en la tierra de la que salgo  otra, con frutos, con flores, con amor. 
Comencé un romance conmigo misma y es hermoso,  una alegría tan grande que no se puede explicar, no se puede hablar, se irradia. El dolor físico está y no molesta, se disfruta y no es porque me guste sufrir, es porque aprendo, siento, estoy viva!

martes, 29 de octubre de 2013

Toda esa pestilencia que yo emanaba, toda esa mala vibra, todas esas inseguridades, esa decadencia, esa mediocridad, esa falta de ánimo y ganas de hacer cosas, esas pocas ganas de atreverme, de luchar, de salir, de hablar, de ser... se han ido. Todos esos miedos que destilaba hasta por las orejas, ya no están.
Tengo mi corazón y mi mente abiertos de par en par, mi visión está clara, y aún más mi misión, toda esa extrañeza que me causaba el mundo y toda esa indecisión, ese miedo de amar, esa incredulidad de no sentirme amada, ese sentimiento de poca cosa, todo eso se ha marchado. Todas esas cosas malas no se han ido del todo, sino que se han transformado. Siento que he dejado todo ese cuerpo roído y maltrecho, no está. 

jueves, 24 de octubre de 2013

L.

Tuve relaciones y amores antes, tuve un par de experiencias que no se comparan con lo que he vivido contigo, con lo que estoy viviendo contigo. Ni hablar del tiempo y la energía que he usado en hacerte bien, en cumplir con cosas que para ti son vitales, las cosas que hice o dejé de hacer, las cosas que dije o callé, siempre estuvieron en una balanza en la que no sentía que perdía yo, porque hacer todo eso que aveces me costaba o me molestaba, me hacía estar más cerca tuyo, o sentirme cerca tuyo y ahí era donde yo sentía que ganaba. Que mi esfuerzo era recompensado, que tu me estabas aceptando. Pero la verdad era que no siempre me aceptabas, la verdad era que estabas en una espera constante, en un lugar distinto al mío, en un momento de tu vida muy diferente al mío. Y toda esa incomodidad que sentimos se ha vuelto latente, tú al esperarme, yo al tratar de cumplir tus expectativas. Vivimos de momentos en que algo nos rescata, como si hiciéramos un click que nos hace pensar "si podemos, podemos seguir, queremos seguir". Pero en el momento en que ese click se apagaba, aunque sea un instante, sobretodo a ti te entraba la duda, a mí en cambio la culpa. ¿Por qué no puedo ser como el quiere que sea? ¿Por qué no le gusto así? ¿Por qué no me acepta si así es como me conoció? ¿Porque siento que no me quiere? ¿Porque siento que no me desea? ¿No me desea? y luego, cuando las cosas habían avanzado las preguntas se repetían y cambiaban, ¿Por qué no puedo ser como el quiere que sea? ¿Por qué no le gusto así? ¿Por qué no me acepta si así es como me conoció? ¿Porque siento que no me quiere? ¿Porque siento que no me desea? ¿No me desea? ¿No le gusto tanto? ¿Tan visual puede llegar a ser? ¿Me quiere en serio? y, si me quiere como dice hacerlo ¿Por qué sigue estando tan inconforme con quién soy? ¿Por qué me dice cosas un día que cambian al otro? ¿Qué tipo de seguridad me entrega?
Y un sin fin de preguntas sin respuestas o respuestas que venían de mis demonios internos, que me hacían sentir aún peor, triste, condenada, vacía, aburrida, incapaz, MIEDOSA, culpable...
Nada me hacía sentir bien, sino cuando él, sin que se lo pidiera, me diera alguna de éstas respuestas, aveces sí, me sentía ofendida con lo que para él eran verdades, y que para mí podían o no podían serlo. No justifico para nada mi actitud, no justifico ni mis lágrimas, ni mi pasado, ni si quiera mi amor por ti, no lo entiendo y me encanta, pero no me encanta sentirme siempre menos, menos, menos... siento que me he enfocado mal, nos hemos enfocado mal, me preocupé tanto por cambiar quien era, que empecé a detestar quien estaba siendo, y no disfrutaba, no descansaba de mi misma. Hoy me doy cuenta, que si me empezaba a amar como era, aún siendo tan imperfecta, estaba siendo perfectamente yo misma, y al amarte, amando lo que soy, podía ser capaz de evolucionar contigo, amarte de una forma distinta, quererte sin sentirme insuficiente, y que me quieras sin condiciones, sin cláusulas. Todo el resto, eso que buscamos a la fuerza vendría por añadidura, nacería, nos nacerían cosas, nos nacerían palabras que quizás nunca hemos podido hablar, que así como estamos hoy nos parece imposible. Yo sé cuánto te quiero, se incluso que te amo, y aveces sí, lloro, pero sólo porque no me siento capaz de ser querida así como estoy hoy! y es una estupidez! Hay muchas cosas que soy cuando no tengo presiones, cuando no trato de cumplir expectativas, toda mi vida fue cumplir expectativas, ¿No será momento de empezar a cumplir las mías? Y también sé, que toda esa presión no ha sido con la intención de inferiorizarme, ni hacerme sentir mal, ni culpable, sino que era una forma de hacerme avanzar, una estrategia que no ha funcionado tanto, una de esas estrategias de madre: "Es por su bien". 
Hoy estoy segura que no puedo avanzar contigo ni tu conmigo si no comenzamos a aceptarnos, tu con tus cambios de humor, tus mañas, tus momentos, tus sueños, tus tiempos, yo con mis debilidades, mis trancas, mis defectos, mis miedos. Tengo que aceptarme, tienes que aceptarme, tengo que aceptarte, así como tú te aceptas a ti mismo, así es como yo siento que debería aceptarme para poder mejorar, no es una excusa para seguir atrás, es una movida estratégica, comenzar a amarme así, sin culpas, sin mayor preocupación que estar cómoda conmigo misma, para poder empezar a nadar mar adentro y no quedarme con mis miedos siempre en la orilla. Hoy pienso que no tengo miedo de perderte si ésto te parece mal, o equivocado, y tampoco culparía que no lo entiendas, solamente sentiría que no fuimos lo suficientemente sanos y sabios para querernos, tampoco quiero conformarme con encuentros casuales enredados en las sábanas, podría hacerlo, sí, pero sería triste, sería triste quedarnos con aquello que se nos hace fácil, y bueno, pensándolo bien, tampoco se nos está haciendo fácil, eso que nos unió nos está distanciando, haciendo dudar, ¿Cómo puedo sentirme bien si siento que al hombre que amo no le provoco gran cosa? Es un golpe a mi autoestima, a mi orgullo como mujer!
Perder en la primera vuelta es muy triste, y siempre pensé que para mí no era tan importante tener sexo, es más, sigue sin ser importante, pero contigo se combina el deseo con el amor que te tengo y a eso es a lo que me he vuelto adicta, incluso esas cosas que me decías cuando me amabas me molestaban, y hoy siento que es lo mejor que me has regalado, me encanta! Pero cuando aparece de nuevo éste fantasma, la ausencia del deseo, vuelven las preguntas ¿Me mintió? ¿Me usó? ¿Qué quiere de mí? ¿Cuánto quiere de mí?
Y bueno, después llegas, usando tu segundo nombre y me rescatas de todas esas respuestas endemoniadas, y que quizás algunas hasta son verdad, pero que yo no conozco realmente. 
Pienso hoy que es posible llegar a tener un equilibrio, a poder querernos sanamente, a no hacernos daño con lo que no somos y con lo que somos, a aceptarnos y avanzar como se debe, no forzadamente, no por un compromiso, sino porque nos nace,a mi me nace querer ser mejor contigo, ser mejor para ti, eres ese alguien que me motiva a ser mejor, así como yo quiero ser, pero también has contribuido a todo ese odio y esa negación hacia mi misma, toda esa culpa por ser alguien que no se agrada a si misma y al resto, que me quedo petrificada y todo eso que tengo y que llevo dentro y en mi mente se va por la cañería, se va a un lugar del que no despertará hasta que yo vaya y le diga, Aquí estoy! He renacido, en realidad ésta soy yo y me amo! ésta soy yo y me acepto! Sé amar y ser amada, porque sé lo que valgo, sé quien soy, sé que estuve oculta, sé que me dejé estar, pero estoy de vuelta y mejor que nunca! Nadie puede decirme lo contrario, y yo sé que ése día está cerca, está muy cerca y sólo depende de mí, y para eso necesito no sentir más culpa, no sentirme condicionada o con miedo de quedarme sin ti. Yo sé que pase lo que pase, no se va a pasar éste amor que siento, pero éste amor no es nada comparado con el amor que puede llegar a ser, totalmente incondicional, más incondicional y te amo con mi fuerza, incluso con la fuerza que no tengo, con mi alma, nunca jamás quise tanto a un hombre como a ti y eso me llena de felicidad, puedo decir ufff! yo amé con el corazón, aunque estaba herido, yo amé, yo amo. La diferencia es que toda esta inconformidad no me puede hacer sentirme amada en un 100%, siempre está la duda, y yo creo que me quieres, por algo has hecho tanto por mí, pero no es suficiente si no me aceptas, si no ayudas a aceptar esto que soy hoy y que desde hoy empieza a cambiar, si, tengo miedo de que no me quieras más, de que me olvides, pero siento que ya está sucediendo y hay dos opciones:
-Nos ponemos las pilas para aceptarnos y abrirnos tanto como para entender al otro o
-Terminar con ésto que no está siendo sano para ninguno de los dos, que es lindo, pero desgastante, que es rico tener a alguien que nos quiera, pero que nos atrasa. 
Es super triste no conseguir algo, pero más triste es no haber luchado por conseguirlo, y nosotros no luchamos bien, estábamos mal enfocados, esa es mi propuesta, con todo el amor que te tengo, y con todo ésto que hemos vivido, me atrevo a decir que estoy dispuesta a dejarte para hacernos bien, aunque me duela, aunque me parta, aunque me cueste incluso escribirlo, es un paso necesario si es que no estamos dispuestos a aceptarnos, a dejar los puntos claros, a abrirnos completamente. Tu quizás te sientes abierto hacia mi en muchas cosas, pero hay muchas cosas que no entiendo y que no me has dicho y que me gustaría saber para poder entenderte y sería lindo, hermoso que podamos vivir éste cambio juntos. Te amo, y tengo diez mil te amos más para ti.



martes, 15 de octubre de 2013

Sé que no soy buena para la esgrima verbal, me pone incómoda, se me paran los pelos, y siempre, siempre, sé que decir, sé cómo responder, pero en el momento mismo en el que intento hablar viene un ente trasparente y me tapa la boca, me hace un nudo en la garganta y me aconseja el silencio. Ese silencio que aveces suele estar cargado de significado, pero, ¿Cómo responder a preguntas abstractas cuando no estamos de ánimo? 

viernes, 4 de octubre de 2013

HOY

Son instantes en que el error nos pasa por el medio y deja un trazo invisible entre los dos. Y el mundo de los dos que era uno, se rompe y ahora uno tiene que irse, porque el aire se vuelve denso y oscuro. A mí me duele, pero más me duele permitírmelo. Decido que ésto que siento es en contra mío, la milésima batalla de ésta vida, también es conmigo misma. Y me veo, y me siento, y me busco y me encuentro, me enfrento, lloro y me abrazo. Y todo eso también es lindo, y todo el resto en lo que pienso es en el beso que no sé cuando llegará, quizás junto contigo, en que toda esa nube se disipe. 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Unloveable

Ayer se cumplieron tres meses desde que llegué a ésta ciudad y estoy casi igual que a las tres semanas, lo único nuevo es el sentimiento, esa sensación dormida y destripada. 
Han pasado tantas cosas por mi mente y en mi cuerpo, que no sabría por donde empezar, así que empezaré por lo que duele, para conseguir un final feliz.
Mi útero es un saco de emociones, es como un corazón acongojado, hambriento y dolorido, tiene vida propia, y creo que si tuviera manos me estaría pellizcando y dando golpes, me haría cosquillas y me arrastraría hacia adentro, al submundo rosado y pegajoso como un algodón de azúcar. 
Escucho Svenfn-g-englar, y mi útero danza en lo pequeño de mi cuerpo, en el espacio infinito del dolor punzante y la humedad maldita. Me parece que está hablando, me dice que está presente, que es mi centro, que es todo lo que yo soy, que me revelo en el medio  de sus trompas, que su susurro es mi placer. Mi útero es casi una persona, o un ente dominante, me reprime, me exaspera, me ilumina y me entierra en la profundidad de la duda y la inexpresión.  Cuando acerco mi mano a él, la toma con fuerza y se retuerce, mirándome a los ojos, haciéndome doler, diciéndome que sólo sufriendo puedo ser feliz, que sólo soportando ganaré.
Mi útero también es un túnel, un túnel finito y suave, en el que mi amante está más que reconocido, ya es de la casa y mi placer como un perro fiel, corre a su encuentro desde el momento en el que me penetra. No por nada lo ha esperado cada vez que estuvo lejos, y lo perdonó más de una vez por irse y por volver, por entrar a otros túneles, por besar otras rosas, olvidándose que aquí le esperaban con banquete, con dolor y sacrificio, pero por encima de todo, con cariño. Mi amante es también quien me hace disfrutar mis propios sonidos, mis propios gemidos, mis propios fluidos, y los transforma en nuestros, y mi útero aunque doliente, vuelve a ser el hogar de los dos. Él me roza y me despierta, junto con todos los canales que están cerrados, revuelve todos esos mares en calma y los revienta en las rocas, me pone rígida de éxtasis, me agarra firme y me suelta, me besa al ritmo de canciones que yo creo que nos hablan, nos inspiran, nos guían en un ritmo atrevido o amoroso. Mi útero es su casa, y así como lo trató bien, también le hizo daño, le hicimos daño, le herimos, le ofendimos, le engañamos. Aún así sigue siendo maltrechamente suyo. 

Me declaro ineficiente para muchas cosas, no porque no sea capaz, es porque no tengo ganas, y lo más triste es que no sé de donde carajo sacarlas. Es como si estuviera anestesiada, sedada, o dopada, estoy con un pie puesto en la tumba del pasado y otro casi traspasando recién la línea del presente. No imagino un futuro, me hago un par de ideas, pero estoy agusanándome y yo como buen gusano disfruto del festín de la forma más asquerosa.


Aún en éste estado deshonroso, he tomado un par de decisiones que marcarán la línea que dictará el curso del presente hacia un futuro satisfactorio. Tengo muchas ideas, muchas metas, muchos sueños y muchos "muchos". He decidido no tomar ciertas drogas, no asistir a ciertos turnos, no callar ciertas cosas, no faltar a ciertas partes, no fingir ciertas cosas, no ocultar ciertas otras. Estoy en un estado en que todo me da lo mismo, así que lo tomaré como ventaja, estoy cansada de ser mi propio pie haciéndome la zancadilla. Voy a matar lo que queda de mí, para ser la que siempre fui. Seré mi propia madre y me daré a luz. 

El único espacio que necesito, es aquél que está en mi mente, y el único tiempo que necesito es el que gastaré apaleándome las costillas para despertar, estoy muy dormida. 
Estoy contenta de saber que ésta semana se celebraran muchos funerales dentro de mi ser, y se celebrarán muchos nacimientos en los días venideros, hasta el final de mi existencia.

martes, 3 de septiembre de 2013

Las palabras se las lleva el viento,  pero sobreviven en el eco del tiempo. Me considero alguien de pocas palabras, pero no estoy segura de haber sido lo suficientemente inteligente como para usarlas en el momento y lugar indicado. Es difícil aceptar el silencio propio cuando irónicamente hace eco en alguien más, como ahora. Hasta ahora no me importaba, y no sé como empezar.

miércoles, 14 de agosto de 2013

pezones erectos y directos

Hoy he decidido calmarme, si, calmarme, porque hasta hace un momento grité, lloré y pataleé y dije mil burradas al aire, porque sentí rabia, impotencia, y por sobre todo me sentí estúpida. Yo tenía/tengo, un proyecto. Lo he trabajado desde que tengo memoria, desde que pasó todo lo malo, yo di por sentado que la mejor forma de evitar salir herida, humillada y desgastada, era gastando mi tiempo sola y en silencio. Mis relaciones no correspondían a un sentimiento de pertenencia y por lo tanto no entraban en juego celos y sentimentalidades. Todo iba bien hasta que bajé la guardia, sólo un poco, el piquero era seguro, tendría que nadar un poco y llegaría a la orilla. Pero no, mi piquero fue para nada seguro, me golpeé y naufragué hasta que me rescató una fuerza interna que me dijo BASTA! TÚ PUEDES! y bueno, volví a armarme de las mismas precauciones, a ver mis cuadros futurianos a mi gusto y decir ésto lo haré pasar, ésto no. 
Muchas veces, la mayoría, me salí con la mía, oh! sí! soy una caprichosa, un lobo disfrazado de oveja, que en el fondo siempre fue oveja, pero que se rebeló. Nunca conseguir lo que quise fue completamente como lo había idealizado, así que no idealicé más, todo porvenir era un misterio, mientras yo trabajara por conseguir lo que quiero.
NUNCA conseguí algo sin poner un mínimo de esfuerzo en ello, y eso hoy me hace hablar conmigo misma, y hoy por ejemplo me dije:
Misma, ¿Qué acaso te has olvidado de los dichos de tu abuela? "Quien busca donde no debe, encuentra lo que no quiere". Y hoy como toda mujer un poco preocupada del hombre que tiene al lado, con o sin tanto compromiso de por medio, uno debe aprender a confiar, pero él me ha dicho: "la confianza se gana, no se da". Haciendo caso a esas palabras, se me vino  a la mente otra frase célebre: "quien nada hace, nada teme". Es por eso que con mis habilidades detective/delincuente caí en la tentación de ver un poco más allá del muro del tan controversial facebook. GROSSO ERROR.
Muchas de las palabras que escuché, mirada a los ojos y todo, no eran tan así como decían ser. Y bueno, siempre tuve en la mente que los hombres son unos pelotudos, y que como toda mujer inteligente, caí en los brazos de uno. 
Ya no me da pena, ni me dan ganas de competir con el montón de vaginas sociables que anden por ahí, y entiendo que la mujer tienda a ser más fiel que el hombre porque ovula una vez al mes, y por lo tanto el período de calentura no es más que eso, un período.
Los hombres en cambio todos los días le dan vida a miles y miles de espermios ansiosos de explotar. Yo no culpo a ningún hombre, ninguno, ni a mi padre, de querer o de necesitar estar con otra/otras mujeres a la vez que están con una que digamos es la oficial/fija/preferida/ de la que están "enamorados". La fidelidad para mí es una actitud, no una obligación, ni un deber en la pareja. Es algo que nace más allá de evitar un cargo de conciencia, por eso mi consejo de hoy, es que si usté decide ser infiel a su pareja/amante/andante/poniente/amigo con derecho, es que (ya sé que suena trillado y re trillado) tengan confianza de hablar hasta del poto rico de la mina que acaba de pasar por al lado, de no amarrarse a lo físico sino a lo emocional y no OFENDERSE. Todos tenemos en la sangre, por herencia o por lo que sea, el don de "mirar pal lao"  muchas veces sin ánimos de querer algo serio, sino un poco de diversión y un toque distinto a nuestra rutina nupcial cartucha que nadie se atreve a aceptar. Es difícil, re difícil encontrar un compañero/compañera que apañe en éste tipo de relaciones. Más libres no, sino de más confianza y de más comprensión. El día que te enamores, te darás cuenta que no hay nadie  con quien quieras compartir tu cama, tu día a día, tus regaloneos y tus intimidades más que con tu pareja oficial, y puede que hasta en la cama se lleven espectacular y hagan sinfonía. Pero todos necesitamos (sobretodo los hombres) probarse a si mismos (porque esa es su excusa) de que pueden estar con otros/otras pero que SIEMPRE habrá uno/una que nos tenga babosos y del que dependamos aunque sea un poquillo sentimentalmente. HE DICHO!

martes, 23 de julio de 2013

SOY MUCHAS MUJERES, CON ÉSTA ME QUEDO.

En mi tercera semana sola, realmente sola, en casa, en una ciudad nueva, completamente acompañada de mí misma y sólo puedo decir que lo necesitaba.- Jamás había estado tan cerca de lo que realmente soy y jamás me había sentido tan clara respecto a planes, sentimientos, pensamientos y me había sentido tan contenta respecto a mi cuerpo y todo lo que implica tener uno. 
Llegar a una casa donde nadie me espera, donde nadie se fija en si se me olvida la bombacha en el baño, o colgar el corpiño en la manilla de la puerta, no hacer mi cama durante días, y un sin fin de cosas que no son importantes, que no hago siempre, fue una oportunidad de conocerme a mí misma un poco más que antes, o incluso, mucho más que antes. 
Aprendí varias cosas sobre mí, cosas que antes no había tenido en cuenta y que me alegran. Cosas -por ejemplo- que por muy sola que esté no soporto tener ropa sucia, loza sucia, el desorden, la ropa colgada cuando ya está seca, los toallones húmedos tirados en cualquier parte, y por sobretodo no arreglarme. 
Cosas que me hacen sentir cómoda como mantener el baño siempre limpio, bañarme seguido, hacer ejercicio y darme todos los días un tiempo para hablar conmigo. 
He tomado decisiones importantísimas que sin duda marcaran una ruta totalmente distinta a mi futuro, he sacado conclusiones y creado propuestas y planes. 
Estoy postulando al plan materno, espero que todo salga como espero, y si no, he decidido dar un paso al lado en el camino de la maternidad biológica, operarme y darle la mano a la idea de la adopción. Me di el tiempo para llorar las cosas que jamás me había atrevido a sufrir y sí, en un momento quise marcharme al imperio de los gusanos, pero mi alegría de vivir fue mas fuerte y me abrazó como nunca antes. Me siento lista para enfrentarme a los siete infiernos y más por vivir y aprender a usar la libertad que tengo ahora, hacer las cosas bien y no sufrir por pequeñeces.
La vida antes de enseñarme a ser fuerte me ha golpeado en el ring  y ahora me siento lista para patearle el trasero a la adversidad y en realidad a cualquiera que se interponga en mi felicidad. Hoy tengo el ego en las nubes y mando yo, yo me controlo, y controlo mi vida. Con la ayuda del que todo creó yo saldré adelante aunque me corten la cabeza.

viernes, 19 de julio de 2013

Hogar dulce hogar.

La bienvenida- (Mi) Mario Benedetti.

Se me ocurre que vas a llegar distinta 
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.

Yo sé que soy otra, después de todas las cosas que he vivido, sola y acompañada, triste y feliz, he descubierto que la verdadera puerta que me bloqueaba el camino, era yo misma.
Yo soy mi puerta, mi comodín, mi norte, mi sur, mis ataduras y mi madre, soy mi madre y mi padre, marco mis límites, me permito y me reprimo, soy yo quien decide el futuro que tendré. Soy yo quien consiente el daño que puedan hacerme, soy yo quien permite quien entra en mi vida y en mi útero. En fin, lo único que puedo decir o pensar ahora, que quiero pensar y sentir, es que soy libre para amarme, y para dejarme amar, para buscar y encontrar, y perderme si es necesario. Córdoba me ha abrazado fuerte, antes de cruzar una sola palabra con alguien, me suelo me daba la más alegre bienvenida. Me siento en casa, al fin en casa. 

miércoles, 12 de junio de 2013

El borrador. (parte 1)

Toda la vida pensó que tenía más tiempo, pero se quedó colgado en el "por mientras". Se despertó una mañana más temprano que otras veces, entonces el sol alumbró como nunca los rincones de su casa, que era un cuartucho improvisado en el que llevaba viviendo diecisiete años. Hace todos esos años se había ido de su casa, su plan era irse lejos, muy lejos de casa, pero en su camino a dedo por la carretera se quedó a la mitad de la meta. Caminando en medio del bosque para acortar camino, se encontró con una casita, vieja y maltrecha, parecía como si alguien hace mucho tiempo hubiese vivido ahí. Estaba ubicada cómodamente al lado de un castaño enorme que tapaba todo el sol que pudiese entrar por las rendijas, ese sol que sólo la iluminaba antes de llegar al mediodía. Se quedó ahí un día, una semana, un mes, un año y casi sin darse cuenta ya eran diecisiete, esos mismos años en que trabajó para el dueño de la granja en la que se había quedado, el le daba un sueldo miserable y le dejaba ocupar la casucha a cambio de cumplir religiosamente ocho horas diarias de trabajo.
Una sola vez había llevado a una mujer a su casa, en realidad ni si quiera fue en su casa, fue en su baño, ubicado a seis metros atrás y ella había entrado para estar con él justo en el momento en el que el estaba evacuando ciertas cosas. Él sentado, calzoncillos abajo, vena hinchada,  sintió andar a alguien cerca, se estaba limpiando el culo cuando entró Jacinta, la hija del pastor de ovejas. Se besaron largamente en la oscuridad del baño, él pensó que al fin tendría su oportunidad, pero Jacinta no era como él, ella quería ser alguien, y se fue a despedir. Al día siguiente todos estaban consternados con la noticia, Jacinta había dejado una nota que decía: 

Querido padre:
Lamento tener que hacer ésto así, pero acá no me espera más que lanas, quesos y mierda de vaca y yo quiero ser doctora. Te prometo no volver hasta lograrlo.
Un abrazo fuerte... 

Jacinta.




jueves, 6 de junio de 2013

The fook on the hill.

Piano, boca cerrada, mente abierta. Emularle, memoria selectiva, catarsis.


El ciempiés que se ha tatuado en el alma, le recorre hasta los lugares donde nunca fue besada. Escucha Summer 78. Come gelatina, chupa un limón. Hace 23 días que no come pan ni saborea mayonesa. Se ha cortado el pelo, se ha fumado un cartón de Philip Morris. Sabe que está en el tejado del mundo, cambia de tema, Avril 14, como si flotara. 
Los pies le rozan el suelo, se siente acariciada, no hay nadie, debe ser ella misma, debe ser la música, traviesa como siempre, haciendo de las suyas, siempre tan sentimentalmente helada. 
Desapegada. Ella no echa raíces en cualquier parte, pero si deja semillas. ¿Quién es ella? Pregunta. Ella es todos y nadie.
Ella es mujer y es hombre. Es madre y es hijo, es anciana y es niño, es alumno y es maestro. Pero repite: ella es todos y es nadie. 
Necesita perderse en la extraversión. Cambia el tema -Watching Lara- y suspira. Quisiera recostar su cabeza en el marco de la ventana, que el viento acaricie sus cabellos, pero no está cómoda. Se toca el hueso del hombro, sonríe. Busca con sus dedos, las costillas, una por una. Con dolor las recorre de adentro hacia afuera, las explora, las ama. 






martes, 4 de junio de 2013

Los últimos y los primeros 5 minutos.

-Soñar.
-Abrir los ojos.
-Darme cuenta de que me he despertado.
-Reconocer por qué dejé de estar dormida.
-Fijarme en la hora. 
-Pensar que es tarde o que es temprano.
  Si es temprano:
 -Tantear la mesa.
 -Encontrar los cigarros.
 -Sacar un cigarro.
 -Coger el encendedor.
 -Encender el cigarro.
 -Fumarlo.
 -Cuando esté a la mitad, apagarlo.
 -Acomodarme en la almohada.
 -Cerrar los ojos.
 -Pensar en cosas importantes.
 -Dormir.
  Si es tarde:
 -Pensar uhh es re tarde.
-Sacarme las frazadas de encima.
-refregarme los ojos.
-refregarme por última vez en la cama.
-sentarme en la cama.
-explorar rápidamente la habitación.
-localizar pantalón y zapatos.
-Ponerme el pantalón.
-Ponerme los zapatos.
-Peinarme un poco.
-Abrir la cortina.
-Abrir la puerta de la pieza.
-Asomarme por la escalera.
-Verificar que el baño esté desocupado.
-Entrar al baño.

PD: Durmiendo sola.



lunes, 3 de junio de 2013

El teatro.

(Hablando mal)



Madre, tía, hermana, amiga, vecina, conocida, Pedro, Juan, Diego preguntan: ¿Por qué querís estudiar teatro?

Y yo respondo: Puta, porque el teatro es un desafío, el teatro es una herramienta y un medio de comunicación en el que el único canal erís tú, utilizai tu cuerpo, tu apariencia, tu voz, ese conjunto de cosas que hacen un tú, para llegar al otro. Y lo más cuático es que podís hacerlo desde otros puntos de vista, no necesariamente erís tú dando un mensaje, podís ser alguien más, quizás alguien que no te atrevís a ser en la vida real, en lo cotidiano, quizás es algo que querís ser, pero que te lo reprimís. Hasta puede ser algo totalmente contrario a lo que quisierai ser o haber sido. 
El teatro es como doblar por todas las esquinas y ver que es lo que pasa, esas esquinas donde tú en algún momento tuviste que decidir por cual caminar, tachando de lleno las otras esquinas, con otras casas, con otras oportunidades, con otros perros, con otros autos, con otras personas, con otras situaciones, otras posibilidades. Puta, si a mi me preguntan que es el teatro, te puedo decir que es obvio que para cualquiera que lo viva es algo distinto, ya sea como actriz/actor o como espectador. Pero pa mí es una experiencia que aún no he vivido ni en la más mínima parte, sé que va a ser difícil, sé que será complicado, sé que me va a doler mucho quizás el sacrificio de despojarte de lo que erís, dejarlo colgado al lado y ponerte el traje de otro, actuar como otro, ser otro. Dedicarte a expresar, y puta, pa mí expresar algo es mi sueño, pero es como andar en pelotas por la vida, andar como indefensa y vulnerable. Es como andar con un letrero de estoy feliz, estoy triste, estoy enojada, dependiendo de la situación, y yo creo que mi pega en cuánto a expresarme sin usar palabras la he echo bien, pero necesito abarcar un todo más grande, un poder acomodarme bien en un estado y destilarlo. 
Y hablo todo ésto conociendo el teatro así no más, no me imagino aún como será esa experiencia, de estudio, de extraversión  de un constante desafío, pero me tengo fe, yo no puedo haber querido tanto ésto sin tener motivos, y pucha, yo le he puesto empeño pa ser mejor que ayer, en un montón de cosas, pero el teatro me abre más puertas que las que me pueden abrir un montón de carreras más. Y todos en la vida parecieran estar compitiendo con alguien más, con los viejos mala onda que te dicen: no, tu no podís, con los vecinos, con las amigas, con los amigos, con el amante, con la familia, con esa persona que te cae mal, todas esas personas que se gastan la vida compitiendo... la verdad es yo soy mi única competencia, porque no me importa ser mejor que tú o que ella, o que él, o que ellos. Es bastante mierda tener que soportar alguien que no erís, por algo que pasó. Es mejor dejarlo salir todo, sentirlo todo, sufrirlo todo, vivir la vida a concho, despojarte de las penas, decir siempre, si weon, yo puedo, tu podís, el puede, todos podemos, no hay cosas imposibles, hay gente incapaz. Empieza la travesía, una vez más. 

domingo, 2 de junio de 2013

Domingo.

No hay nada más bello que un día domingo. Recuerdo esos días maravillosos, siempre era el último día de la semana, siempre era el día en que muchos planes no se podían hacer porque estaba todo cerrado, no era un día para sumergirse en la televisión porque la programación era y es terriblemente aburrida. Los parques estaban cerrados, porque claro, los que trabajaban cuidándolo estaban descansando. No era un día para salir a bailar o hacer un panorama nocturno porque el día lunes exige como todo comienzo, una entrega al 100%. Tampoco era un día para ir a la playa porque la locomoción era casi nula, incluso para ir al centro. 
Hasta los programas de la radio estaban grabados de los días anteriores. La piscina estaba cerrada, la Saval estaba cerrada, y hasta la biblioteca... 
En fin, yo amo los días domingos, son perfectos. Los domingos de antes no se comparan con los de ahora, pero ambos son bellos en sus diferencias. Los domingos de antes eran con una comida largamente preparada y servida a las 5 de la tarde, mamá trabajaba duro para darnos nuestros platos favoritos, papá trabajaba, así que no habían presiones y las 4 mujeres del hogar se paseaban hasta la hora del baño en pijamas. Gasté muchas mañanas de domingo yendo a misa. Quizás después de todo no estoy arrepentida, en absoluto, sólo que ahora no es una opción.
Algunos, casi todos, los domingos eran caminar las cuatro inseparables, hasta la casa de la abuelita, y era un peregrinar en el que no éramos las únicas, todos los primos migraban sólo por el día a ver a la abu y a los demás primos. Tardes enteras jugando y lavándonos las manos para sentarnos bulliciosamente a una mesa en la que nunca faltó el pan amasado, el tomate con cebollas y ricos pastelitos o frituras preparados por las tías y la mami. Así fue hasta que el tiempo hizo lo suyo con los viejos, y se los llevó como una promesa al más allá. 
Ahora, los domingos son en extremo míos, permisivos, regalones, reflexivos, el domingo es el día semanal de estar conmigo misma, y me encanta. 

Metil.

Iba caminando, ya con el espíritu un poco arrebatado por el alcohol y quien sabe que más. Recogí mis manos embarradas del suelo y me refugié del miedo bajo la lluvia. El había mordido mis pezones con tanta fuerza que mi polera tenía dos manchas rojas y redondas sobre cada pecho, creo haber sentido sólo un ligero y placentero escalofrío, pero sólo hasta ahora me había percatado que estaban casi rebanados. De pronto una súbita contracción en la panza me hizo de un vómito explosivo y pegajoso. Me faltaba una uña, quizás había quedado enterrada en su espalda cuando traté de escapar luego de que mordiera mi cuello con tanta fuerza que me quedó rígido y amoratado. 
Caminé sin saber donde estaba, enterrándome en los pies los restos de botellas rotas en medio de la calle. No sabía si estaba viva o muerta, o en alguna especie de limbo entre los dos. 
Caí pesadamente sobre la acera, dura y resbalosa, sucia y maloliente, para terminar de vomitarme encima. Me pasé la mano torpemente por la nariz sangrante y me dormí.


sábado, 1 de junio de 2013

1 de junio de amor.

Hasta hace tres años atrás, el primero de junio se festejaba con torta, velas, invitados, regalos, abrazos, sonrisas, música, chistes repetidos por milésima vez. Era una reunión familiar que se realizaba especialmente dedicada a Don Manuel.
Don Manuel era de aquellos hombres que en su vida de padres no necesariamente fueron los mejores, pero que en su rol de abuelo simplemente eran espectaculares.
Nadie nunca le llamó abuelo, para todos era "el tata".
El tata tenía un montón de nietos, la mayoría de lejos, pero tuvo una, luego dos, y más tarde tres nietas que regalonear a menos de 20 minutos de su casa. Les decía Juana a las tres, para no confundirse los nombres, pero siempre tuvo claro cual era cual.
Mi tata me daba monedas y billetes tan discretamente como si estuviera pasándome droga. Don Manuel será siempre mi abuelo paterno, el amor de mi vida, el dueño de mis mejores recuerdos. 
Siempre haciéndome sentir bella y especial, que hubo hasta un tiempo que me lo creí. Me sentía como Heidi, amando a mi abuelito, el que nunca se iría, después de todo... nunca se enfermó a lo largo de toda mi existencia. Siempre cuidándose para vivir más y no sufrir, y yo de pequeña soñando con que mi abuelo sostenga a mis hijos en brazos, que los regalonee, que se sienta orgulloso de lo que sea que fuera mi futuro. 
Nunca pensé que el apocalipsis comenzaría con él, su enfermedad a corto plazo y con despacho a domicilio en pijama de palo.
Siempre supe que algún día iba a llover, pero cuando comenzó la lluvia yo estaba vestida de verano y sin paraguas. Recuerdo ese día con culpa y con alegría. Yo recuerdo todas esas clases de ir o morir de la U. a las que falté por estar con él en el hospital, todas esas veces que mentí para que me dejaran pasar a verlo, todas esas vueltas que me dí por el enorme hospital para evitar todos los pasillos con guardias. Esa fue la primera vez que me daba cuenta de la inmensidad de aquel edificio, de sus tantos zócalos y escalinatas hacia el interior de la tierra, ese hospital tan roído por los años en algunas partes que ni las ratas se atrevían a pasar, justo por ahí yo pasé, no sin miedo, pero sí con decisión. 
Recuerdo escapar de los guardias corriendo en manada tras de mí. Entrar corriendo hasta la sala de mi abuelo y una vez metida en su cama ya nadie me pudo sacar, supongo que les dí lástima.
Recuerdo vivir su hospitalización como un dolor punzante y una aventura. Cada día era un camino diferente dependiendo de la hora. Mi abuelo era un gozador, hasta en los últimos momentos y se revolcaba de la risa de verme llegar sudando de tanto correr para que estemos juntos, era como un amor prohibido. Me daba pánico ver a mi tata reír con tantas ganas, porque si corazoncito saltaba tanto que llegaban las enfermeras corriendo a revisar la  máquina a la que estaba conectado. Mis tías, egoístas, me dejaban siempre los últimos 5 minutos de visita, ¡Y yo que llegaba primero que todos! encima me hacían pasar junto con mis hermanas y mis primos... yo quería mi ratito sola con él y tenía que ir a verlo clandestinamente. 
El día que se fue todos sabían que se iría, menos yo. Nadie quiso decirme y encima me convencieron de salir justo cuando pasó. Recuerdo que volví sólo a besarle y decirle en el oído: te amaré para siempre.  Esa culpa aparece todavía. 
No me separé de él hasta el día del funeral. Y recién cuando ya estaba todas esas flores y el cielo empezó a llorar a mi me cayeron un par de lágrimas. 
Hoy no hay ni velas, ni pastel, ni si quiera una tumba por lo lejos que estoy. Pero mi amor sigue intacto y el cumpleaños sigue siendo feliz. 

jueves, 30 de mayo de 2013

Lluvias


Mi tía me dijo: "Ahora entiendo a tu madre, no pudo contigo, así como yo no puedo con vos". Estoy segura que nunca nadie entendió el por qué de mis silencios, eternos, indiferentes, fríos. 
¿De qué sirve hablarle a un adulto que se olvidó de que fue joven? Y aún más cuando pasas los veinte años y aún te pican las costras de las heridas del pasado. Yo sé que fui mucho más de lo que mis padres esperaban, y mucho menos también. Yo sé quién fui en el colegio, sé quien fui en el liceo, en la U, y en mi casa. Y sé también que fui muchas cosas que quise y que no quise ser, y que ya no soy. Sé que soy un iceberg completo y profundo, pero como todo buen iceberg, sólo muestra una pequeña parte, casi tan peligrosa como todo lo demás. No sé si me hace realmente feliz hacer como si no me picaran las costras, pero me hace sentir más cómoda, más segura de no poder quebrarme en ninguna esquina, frente a ningún rostro conocido o desconocido. Yo no me quejo de todas las cosas malas que viví, jamás lo hice, jamás le refregué a nadie en la cara mis dolores, mis náuseas, mis respuestas a sus preguntas y afirmaciones, mis respuestas pudieron ser tan hirientes, todo eso me lo callé. 
Nunca le busqué una justificación a mis vicios (o a mis formas de pecar, establecidas por una iglesia en la que no creo), nunca me guardé el resentimiento, eso es como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera. 
Yo recuerdo hoy, todas esas cosas, como en un funeral. Yo sé que no se puede comenzar una vida nueva sin enterrar el pasado. No es sólo superarlo, es enterrarlo, abajo, profundo y no volver jamás, ni si quiera para tirarle una flor. 




Ver la vida desde el lado oscuro, es ser una sombra. Es como pensar en el verano que el sol no es suficiente, porque ya viene el invierno. Es amar la lluvia, y cuando llueve correr a esconderse. Siempre le estoy viendo el lado bueno a todo, el vaso medio lleno, dicen. Pero el terrible error que cometo cada vez que quiero sacarme los ojos, es someterme al bajón y someter a esos seres que yo amo, que yo quiero, a escuchar mis penas, a decir algo y sentirme bien de hacerlo y después arrepentirme. 
Ser yo misma no es fácil. Si todos fuéramos nosotros mismos no existirían las mentiras, pero estaría inundado de las más asquerosas verdades. Si todos fuéramos lo que somos cuando estamos solos, el mundo sería un caos, no existirían las leyes, no habría que hacer sacrificios para hacer sentir mejor al otro, no estaríamos obligados a ayudar al otro porque sí, porque en verdad no deberían haber motivos para ayudar a alguien, sólo que hay veces en que no queremos, y lo hacemos igual.
Si tan sólo fuéramos más nosotros mismos, el mundo sería un mejor lugar.
Y eso es lo que yo quiero hacer, quiero canjear mi silencio por un convivir mejor. 

domingo, 26 de mayo de 2013

Ana.

Me preguntaron más de una vez: ¿Por qué estás tan enviciada con escribir en un blog que nadie lee? Y la verdad no me importa que alguien lo lea o no, aunque en blogs anteriores tuve muchos seguidores, y mis entradas reventaban de comentarios, hoy he decidido empezar desde cero y discretamente, que el azar llegue hasta aquí, trayendo consigo un par de ojos dispuestos a leer línea a línea y entre ellas también.
Tengo muchos defectos, pero hay incluso algunos que me gusta llevar cuesta arriba, aunque pesen, porque me hacen ser más yo de lo que puedo ser evitándolos. 
En el verano, no se si por amor, por karma, por estupidez, o por cualquier otro motivo, pasé por una situación mucho más que incómoda, de verdad, creo que es la primera vez en mi vida que sufro tanto físicamente y que me sentí tan humillada. Hoy veo los resultados de dicho tratamiento, y a pesar que ya no siento muchos dolores ni molestias, lo cierto es que mi cuerpo se ha rebelado en contra mío. Seguramente se lo debo. Le hice daño por años tan consciente como inconscientemente. Me siento de ánimos, mucho mejor que cuando llegué a ésta ciudad. Pero débil en la cuestión física. Si bien me banco sin problemas tener que caminar el pueblo entero si es necesario, cuando llego a casa caigo rendida. No siento deseos ni antojos de comer, como sólo por un compromiso conmigo misma, para no volver a los huesos, eso jamás.  En cuanto a las picadas sociales, pruebo sólo un poco para no caer en la costumbre del  "no gracias". Aún así, mis uñas se debilitan, mi pelo se cae, tengo una ojeras horribles, me han salido un par de granos en la cara, me dan puntadas en el pecho, me mareo con facilidad, estoy contracturada, etc... el cuerpo me está pasando la cuenta y de alguna forma tengo que pagar. 
Las noches de éste último mes han sido horribles, se dividen en pesadillas o un insomnio significativo, quedándome dormida recién a las 8 de la mañana. Mientras estoy despierta pienso y pienso cuánta tontera se atreva a pasar por mi mente. De todas maneras, me esfuerzo por pensar más en el pasado que en el futuro. Las expectativas me dan asco porque la mayoría de las veces no se cumplen, y ahí es cuando me desilusiono. Es ahí en medio de esas noches, donde encuentro respuestas a mis preguntas, donde nacen preguntas nuevas y donde el repertorio de recuerdos alegres y lamentaciones sale al encuentro del alba.
Siempre repito la misma mantra antes de dormirme, eso me calma y me llena de buena vibra, que hasta ahora es mi único combustible.
-Quiero ser flaca-. Pienso casi toda la noche. Pienso en mi árbol genealógico, con imágenes nítidas, que sus cuerpos no se asimilan ni en lo más mínimo a las mujeres u hombres de las revistas. Claro que hay momentos en sus juventudes alocadas en que sí, son mujeres y hombres bellos, pero en el hoy son seres con una forma corporal bastante asimétrica. Pienso en la forma de mi cuerpo, trato de pensar en mi mamá, no en ella no, sus pechos quizás, sus manos pequeñas, en mi papá y su madre con un mentón pequeño como el mío, pienso en los dientes chuecos de papá, y los míos chuecos por culpa de ese ridículo accidente. Pienso en mi no-trasero, por parte de mamá y de papá ¡Rayos! estoy perdida... parece que les hubieran pasado la lija justo por debajo de la espalda, ni un leve asomo de un glúteo tímido, nada. Las piernas de mi abuela, de mi tía, de las hermanas de mi tía, la soltera, la pesada, la forever free, todas esas piernas, como un pulpo, parece que nacen de mis caderas, con forma, pero aún así, no proporcionales a mi cuerpo superior, siempre un poco más ancho que las caderas. Piernas flacas y aburridas. No tengo los ojos de nadie, pero tengo el lunar de mamá en la orilla del párpado fijo, casi imperceptible para todos menos para mí.
Pienso en mi abdomen, siempre tan protuberante, siempre tan oceánicamente grande, tan majestuosamente inmune a todas mis dietas, mis no-gracias, mis abdominales, mis pesas, no. Nada puede contra el, se mueve como una gelatina, se mueve... oh por dios, se mueve, como si fuera un flan, un abdomen tan poco femenino, una panza tan ajena a lo que yo quiero que sea. 
Hasta cuando pesé lo mínimo imaginable, esa panza, aunque pequeña, era igual de incómoda de llevar. Mi vientre fue amado sólo por tres meses, inolvidables, ese vientre con vida. Luego de esos tres benditos meses, el vientre volvió a ser lo que era: nada... y un todo en el que pensar por las noches en blanco.
Decidí ignorarle. No puedo permitir que interfiera (otra vez) tanto, tanto en mi vida, que se acorta con cada día que pasa.
Aquí me encuentro entonces, lucha interna, pucho en mano. En una ciudad donde las personas que conozco se cuentan solas. 


Lo raro es que, a pesar de todo, hay veces que echo de menos. Pero lo que me bajonea es saber que sólo puedo contar conmigo. No me asusta tanto la soledad sino el tener que confiar en mi.
Por Favor, Rebobinar. (Alberto Fuguet)


sábado, 25 de mayo de 2013

Top 100 de cosas que sé sobre mi misma.

Viernes en la noche: 100 cosas que sé de mi misma.
(Hablar mal) 
Puntos: 100/100



1-La mayor de una colección de tres hermanas. 
2-Tengo mis vicios, mis mañas y las mañas de otros. 
3-La internec me salvó la vida y me transportó a una vida enmarañada y desnutrida. 
4-Tengo mis padres vivos pero separados.
5-Mi único sueño es realizarme.
6-Respeto la vida, pero descuido la mía. 
7-Mi corazón no es como el fénix, se parece a la cigarra.
8-A los doce años me aburrí de mi nombre. Sorry mum...
9-Insisto en ser muchas mujeres.  
10-Personaje: Cocó.
11-Novela: La vida real, el día a día, la cotidianidad. 
12-No me gusta mi risa, pero me gusta reír. 
13-Nunca visité el circo ni el zoológico. Puaj.
14-Odio a Bob esponja.
15-Me gustan las películas lentas.
16-De creatividad lunática.
17-Hija, hermana, prima, vecina, pareja - ausente.
18-Mi abuelo quería que sea hombre.
19-Después del golpe militar mi apellido fue reemplazado. yes.
20-Regla: Libro abierto, amantes analfabetos.
21-No terminé de escribir un libro porque descubrí el final.
22-No le rezo a la virgen ni a los santos.
23-El que no está informado no puede tener opinión (coincido con el eslogan de la radio Bío-Bío)
24-Imagino el padre nuestro en mi mente. Versión ilustrada.
25-Tu corazón será recordado por tus palabras. Mensaje de la única galleta de la fortuna. Viña del Mar 2012.
26-Cigarro blanco, entero, cigarro rubio, la mitad.
27-Ducha sin jabón, no es ducha.
28-Salir sin olvidar algo en casa: fome.
29-El amor, una planta.
30-Observación: No ser la sombra de nadie.
31-Amigos: en las buenas y en las malas.
32-Hacer el amor: dormir juntos after sex.
33-Frase típica hasta los 17: Mi mamá no me deja. Sad true
34-Silencio.
35-Invierno: chocolate caliente.
36-Verano: Ser más negra que el resto del año.
37-Otoño: Bufanda, gorro, hojas secas, té con canela.
38-Primavera: ashú ashú. sniff. ashú.
39-Revista: Cosmopolitan.
40-Biblia: El quijote de la mancha, Versión: castellano antiguo.
41-Aprendí a tejer y se me olvidó.
42-Buena orientación espacial.
43-Desorden organizado.
44-Mi vida, como una cartera de mujer.
45-Animal: elefante-canguro-gato-pulpo.
46-Pies en la tierra, sueños despiertos.
47-Odio el noticiero matutino y vespertino.
48-De útero inestable (Por herencia)
49-Meta simple: llegar peinada a mi destino.
50-Nota mental: el café causa celulitis.
51-Cerveza: compartir, Vodka: bailar, tequila: volverme loca.
52-No me gusta el fútbol. 
53-Fumo porque sí, porque no, por si acaso.
54-¿De qué sirve ser capricornio?
55-Demonios internos, caracho externo.
56-Por cada sorbo de té, un tú.
57-Incongruencia corporal: challenge accepted.
58-Luna llena, corazón lleno.
59-Almohada: amiga, consejera, abono de sueños.
60-El espejo, sólo revela el monstruo de dos cabezas que soy.
61-Malicia: Eso que se le echa a la taza con el fin de "alegrarse"
62-Eterna enemiga: ni la ex de tu novio, ni la amiga traicionera, ni tu suegra: la espinilla.
63-Para siempre: hasta que no se me olvide.
64-Venganza: hacer lo que los demás dicen que no puedes.
65-Alisarse: quemarse las orejas, la frente, el pelo.
66-Estar bambi: ojos brillantes, pelo sedoso.
67-Las promesas se cumplen, pero no amarran.
68-Escalones en diagonal o en ascendencia.
69-Sentirse solo: no saber estar con uno mismo.
70-Sábados de infancia: Don francisco, sábado gigante, bañarse temprano, hacer tarea.
71-Cama: sexo, dormir, estar enferma.
72-Brindar: con la vida, por la vida.
73-Los valores valen más que la opinión del resto.
74-No me va el machismo, ni el feminismo.
75-Mi primer regalo favorito: Un libro.
76-Decir internec, en vez de internet.
77-Perro que ladra no muerde.
78-Placer culpable: leche descremada.
79-"No" también es una palabra carajo!
80-Pensar: no sentir. Sentir: no pensar.
81-No como carne.
82-El que no lee, vive sólo una vida.
83-La música es mi máquina del tiempo.
84-Insomnio: Miaus, guaus, kikirikis, por qués, ojalás.
89-Quieres ablandarle el corazón a tus padres: dales un nieto.
90-Para correr cuando haga falta, hay que tener las piernas firmes.
91-La risa de un bebé me da cosquillas.
92-Me dolió más pegarme en el dedo chico del pie que tatuarme.
93-No me viene la ropa hippie.
94-No me gusta andar con el celular en la mano, pero lo hago.
95-Odio usar zapatos.
96-Cuando llames, cortar al cuarto tono. 
97-Decir fuck porque si, porque no, por si acaso.
98-Vi todas las películas de barbie. sad true
99-Mi primer musical: La palabra más linda del mundo, es mamá. 
100-Una verdad no borra una mentira, una mentira no borra una verdad.


Nota nerd: La cigarra duerme bajo tierra durante 17 años, una vez que despierta canta por un verano y muere. (Info para el punto 7)