Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

jueves, 30 de mayo de 2013

Lluvias


Mi tía me dijo: "Ahora entiendo a tu madre, no pudo contigo, así como yo no puedo con vos". Estoy segura que nunca nadie entendió el por qué de mis silencios, eternos, indiferentes, fríos. 
¿De qué sirve hablarle a un adulto que se olvidó de que fue joven? Y aún más cuando pasas los veinte años y aún te pican las costras de las heridas del pasado. Yo sé que fui mucho más de lo que mis padres esperaban, y mucho menos también. Yo sé quién fui en el colegio, sé quien fui en el liceo, en la U, y en mi casa. Y sé también que fui muchas cosas que quise y que no quise ser, y que ya no soy. Sé que soy un iceberg completo y profundo, pero como todo buen iceberg, sólo muestra una pequeña parte, casi tan peligrosa como todo lo demás. No sé si me hace realmente feliz hacer como si no me picaran las costras, pero me hace sentir más cómoda, más segura de no poder quebrarme en ninguna esquina, frente a ningún rostro conocido o desconocido. Yo no me quejo de todas las cosas malas que viví, jamás lo hice, jamás le refregué a nadie en la cara mis dolores, mis náuseas, mis respuestas a sus preguntas y afirmaciones, mis respuestas pudieron ser tan hirientes, todo eso me lo callé. 
Nunca le busqué una justificación a mis vicios (o a mis formas de pecar, establecidas por una iglesia en la que no creo), nunca me guardé el resentimiento, eso es como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera. 
Yo recuerdo hoy, todas esas cosas, como en un funeral. Yo sé que no se puede comenzar una vida nueva sin enterrar el pasado. No es sólo superarlo, es enterrarlo, abajo, profundo y no volver jamás, ni si quiera para tirarle una flor. 




Ver la vida desde el lado oscuro, es ser una sombra. Es como pensar en el verano que el sol no es suficiente, porque ya viene el invierno. Es amar la lluvia, y cuando llueve correr a esconderse. Siempre le estoy viendo el lado bueno a todo, el vaso medio lleno, dicen. Pero el terrible error que cometo cada vez que quiero sacarme los ojos, es someterme al bajón y someter a esos seres que yo amo, que yo quiero, a escuchar mis penas, a decir algo y sentirme bien de hacerlo y después arrepentirme. 
Ser yo misma no es fácil. Si todos fuéramos nosotros mismos no existirían las mentiras, pero estaría inundado de las más asquerosas verdades. Si todos fuéramos lo que somos cuando estamos solos, el mundo sería un caos, no existirían las leyes, no habría que hacer sacrificios para hacer sentir mejor al otro, no estaríamos obligados a ayudar al otro porque sí, porque en verdad no deberían haber motivos para ayudar a alguien, sólo que hay veces en que no queremos, y lo hacemos igual.
Si tan sólo fuéramos más nosotros mismos, el mundo sería un mejor lugar.
Y eso es lo que yo quiero hacer, quiero canjear mi silencio por un convivir mejor. 

domingo, 26 de mayo de 2013

Ana.

Me preguntaron más de una vez: ¿Por qué estás tan enviciada con escribir en un blog que nadie lee? Y la verdad no me importa que alguien lo lea o no, aunque en blogs anteriores tuve muchos seguidores, y mis entradas reventaban de comentarios, hoy he decidido empezar desde cero y discretamente, que el azar llegue hasta aquí, trayendo consigo un par de ojos dispuestos a leer línea a línea y entre ellas también.
Tengo muchos defectos, pero hay incluso algunos que me gusta llevar cuesta arriba, aunque pesen, porque me hacen ser más yo de lo que puedo ser evitándolos. 
En el verano, no se si por amor, por karma, por estupidez, o por cualquier otro motivo, pasé por una situación mucho más que incómoda, de verdad, creo que es la primera vez en mi vida que sufro tanto físicamente y que me sentí tan humillada. Hoy veo los resultados de dicho tratamiento, y a pesar que ya no siento muchos dolores ni molestias, lo cierto es que mi cuerpo se ha rebelado en contra mío. Seguramente se lo debo. Le hice daño por años tan consciente como inconscientemente. Me siento de ánimos, mucho mejor que cuando llegué a ésta ciudad. Pero débil en la cuestión física. Si bien me banco sin problemas tener que caminar el pueblo entero si es necesario, cuando llego a casa caigo rendida. No siento deseos ni antojos de comer, como sólo por un compromiso conmigo misma, para no volver a los huesos, eso jamás.  En cuanto a las picadas sociales, pruebo sólo un poco para no caer en la costumbre del  "no gracias". Aún así, mis uñas se debilitan, mi pelo se cae, tengo una ojeras horribles, me han salido un par de granos en la cara, me dan puntadas en el pecho, me mareo con facilidad, estoy contracturada, etc... el cuerpo me está pasando la cuenta y de alguna forma tengo que pagar. 
Las noches de éste último mes han sido horribles, se dividen en pesadillas o un insomnio significativo, quedándome dormida recién a las 8 de la mañana. Mientras estoy despierta pienso y pienso cuánta tontera se atreva a pasar por mi mente. De todas maneras, me esfuerzo por pensar más en el pasado que en el futuro. Las expectativas me dan asco porque la mayoría de las veces no se cumplen, y ahí es cuando me desilusiono. Es ahí en medio de esas noches, donde encuentro respuestas a mis preguntas, donde nacen preguntas nuevas y donde el repertorio de recuerdos alegres y lamentaciones sale al encuentro del alba.
Siempre repito la misma mantra antes de dormirme, eso me calma y me llena de buena vibra, que hasta ahora es mi único combustible.
-Quiero ser flaca-. Pienso casi toda la noche. Pienso en mi árbol genealógico, con imágenes nítidas, que sus cuerpos no se asimilan ni en lo más mínimo a las mujeres u hombres de las revistas. Claro que hay momentos en sus juventudes alocadas en que sí, son mujeres y hombres bellos, pero en el hoy son seres con una forma corporal bastante asimétrica. Pienso en la forma de mi cuerpo, trato de pensar en mi mamá, no en ella no, sus pechos quizás, sus manos pequeñas, en mi papá y su madre con un mentón pequeño como el mío, pienso en los dientes chuecos de papá, y los míos chuecos por culpa de ese ridículo accidente. Pienso en mi no-trasero, por parte de mamá y de papá ¡Rayos! estoy perdida... parece que les hubieran pasado la lija justo por debajo de la espalda, ni un leve asomo de un glúteo tímido, nada. Las piernas de mi abuela, de mi tía, de las hermanas de mi tía, la soltera, la pesada, la forever free, todas esas piernas, como un pulpo, parece que nacen de mis caderas, con forma, pero aún así, no proporcionales a mi cuerpo superior, siempre un poco más ancho que las caderas. Piernas flacas y aburridas. No tengo los ojos de nadie, pero tengo el lunar de mamá en la orilla del párpado fijo, casi imperceptible para todos menos para mí.
Pienso en mi abdomen, siempre tan protuberante, siempre tan oceánicamente grande, tan majestuosamente inmune a todas mis dietas, mis no-gracias, mis abdominales, mis pesas, no. Nada puede contra el, se mueve como una gelatina, se mueve... oh por dios, se mueve, como si fuera un flan, un abdomen tan poco femenino, una panza tan ajena a lo que yo quiero que sea. 
Hasta cuando pesé lo mínimo imaginable, esa panza, aunque pequeña, era igual de incómoda de llevar. Mi vientre fue amado sólo por tres meses, inolvidables, ese vientre con vida. Luego de esos tres benditos meses, el vientre volvió a ser lo que era: nada... y un todo en el que pensar por las noches en blanco.
Decidí ignorarle. No puedo permitir que interfiera (otra vez) tanto, tanto en mi vida, que se acorta con cada día que pasa.
Aquí me encuentro entonces, lucha interna, pucho en mano. En una ciudad donde las personas que conozco se cuentan solas. 


Lo raro es que, a pesar de todo, hay veces que echo de menos. Pero lo que me bajonea es saber que sólo puedo contar conmigo. No me asusta tanto la soledad sino el tener que confiar en mi.
Por Favor, Rebobinar. (Alberto Fuguet)


sábado, 25 de mayo de 2013

Top 100 de cosas que sé sobre mi misma.

Viernes en la noche: 100 cosas que sé de mi misma.
(Hablar mal) 
Puntos: 100/100



1-La mayor de una colección de tres hermanas. 
2-Tengo mis vicios, mis mañas y las mañas de otros. 
3-La internec me salvó la vida y me transportó a una vida enmarañada y desnutrida. 
4-Tengo mis padres vivos pero separados.
5-Mi único sueño es realizarme.
6-Respeto la vida, pero descuido la mía. 
7-Mi corazón no es como el fénix, se parece a la cigarra.
8-A los doce años me aburrí de mi nombre. Sorry mum...
9-Insisto en ser muchas mujeres.  
10-Personaje: Cocó.
11-Novela: La vida real, el día a día, la cotidianidad. 
12-No me gusta mi risa, pero me gusta reír. 
13-Nunca visité el circo ni el zoológico. Puaj.
14-Odio a Bob esponja.
15-Me gustan las películas lentas.
16-De creatividad lunática.
17-Hija, hermana, prima, vecina, pareja - ausente.
18-Mi abuelo quería que sea hombre.
19-Después del golpe militar mi apellido fue reemplazado. yes.
20-Regla: Libro abierto, amantes analfabetos.
21-No terminé de escribir un libro porque descubrí el final.
22-No le rezo a la virgen ni a los santos.
23-El que no está informado no puede tener opinión (coincido con el eslogan de la radio Bío-Bío)
24-Imagino el padre nuestro en mi mente. Versión ilustrada.
25-Tu corazón será recordado por tus palabras. Mensaje de la única galleta de la fortuna. Viña del Mar 2012.
26-Cigarro blanco, entero, cigarro rubio, la mitad.
27-Ducha sin jabón, no es ducha.
28-Salir sin olvidar algo en casa: fome.
29-El amor, una planta.
30-Observación: No ser la sombra de nadie.
31-Amigos: en las buenas y en las malas.
32-Hacer el amor: dormir juntos after sex.
33-Frase típica hasta los 17: Mi mamá no me deja. Sad true
34-Silencio.
35-Invierno: chocolate caliente.
36-Verano: Ser más negra que el resto del año.
37-Otoño: Bufanda, gorro, hojas secas, té con canela.
38-Primavera: ashú ashú. sniff. ashú.
39-Revista: Cosmopolitan.
40-Biblia: El quijote de la mancha, Versión: castellano antiguo.
41-Aprendí a tejer y se me olvidó.
42-Buena orientación espacial.
43-Desorden organizado.
44-Mi vida, como una cartera de mujer.
45-Animal: elefante-canguro-gato-pulpo.
46-Pies en la tierra, sueños despiertos.
47-Odio el noticiero matutino y vespertino.
48-De útero inestable (Por herencia)
49-Meta simple: llegar peinada a mi destino.
50-Nota mental: el café causa celulitis.
51-Cerveza: compartir, Vodka: bailar, tequila: volverme loca.
52-No me gusta el fútbol. 
53-Fumo porque sí, porque no, por si acaso.
54-¿De qué sirve ser capricornio?
55-Demonios internos, caracho externo.
56-Por cada sorbo de té, un tú.
57-Incongruencia corporal: challenge accepted.
58-Luna llena, corazón lleno.
59-Almohada: amiga, consejera, abono de sueños.
60-El espejo, sólo revela el monstruo de dos cabezas que soy.
61-Malicia: Eso que se le echa a la taza con el fin de "alegrarse"
62-Eterna enemiga: ni la ex de tu novio, ni la amiga traicionera, ni tu suegra: la espinilla.
63-Para siempre: hasta que no se me olvide.
64-Venganza: hacer lo que los demás dicen que no puedes.
65-Alisarse: quemarse las orejas, la frente, el pelo.
66-Estar bambi: ojos brillantes, pelo sedoso.
67-Las promesas se cumplen, pero no amarran.
68-Escalones en diagonal o en ascendencia.
69-Sentirse solo: no saber estar con uno mismo.
70-Sábados de infancia: Don francisco, sábado gigante, bañarse temprano, hacer tarea.
71-Cama: sexo, dormir, estar enferma.
72-Brindar: con la vida, por la vida.
73-Los valores valen más que la opinión del resto.
74-No me va el machismo, ni el feminismo.
75-Mi primer regalo favorito: Un libro.
76-Decir internec, en vez de internet.
77-Perro que ladra no muerde.
78-Placer culpable: leche descremada.
79-"No" también es una palabra carajo!
80-Pensar: no sentir. Sentir: no pensar.
81-No como carne.
82-El que no lee, vive sólo una vida.
83-La música es mi máquina del tiempo.
84-Insomnio: Miaus, guaus, kikirikis, por qués, ojalás.
89-Quieres ablandarle el corazón a tus padres: dales un nieto.
90-Para correr cuando haga falta, hay que tener las piernas firmes.
91-La risa de un bebé me da cosquillas.
92-Me dolió más pegarme en el dedo chico del pie que tatuarme.
93-No me viene la ropa hippie.
94-No me gusta andar con el celular en la mano, pero lo hago.
95-Odio usar zapatos.
96-Cuando llames, cortar al cuarto tono. 
97-Decir fuck porque si, porque no, por si acaso.
98-Vi todas las películas de barbie. sad true
99-Mi primer musical: La palabra más linda del mundo, es mamá. 
100-Una verdad no borra una mentira, una mentira no borra una verdad.


Nota nerd: La cigarra duerme bajo tierra durante 17 años, una vez que despierta canta por un verano y muere. (Info para el punto 7)

viernes, 24 de mayo de 2013

Un suspiro de Abril.

Últimamente tengo sueños locos donde apareces tú, apareces nadando, huyendo, volando, flotando, hablando, alejándote de mi pensando que yo sufro, pero no es así, solo que tengo miedo de soñarte triste, porque eso me preocuparía mucho. Tengo en el corazón cuando te sueño una curita que tapa un agujero que esta junto a un agujero mas grande, que esta dolorido, que tiene sangre, que tiene memoria, que tiene recuerdos, que tiene esperanzas, que tiene verbos, que tiene un triste y lejano momento en que fui feliz, un poquito pero feliz, tengo dentro del corazón una cajita de colores con mashmelows de sabores con gomitas, con galletas, con panes integrales, con mermeladas, con cartas, con libros, con música “yo no sé si está bien quererte tanto” con recuerdos seguros y firmes, con dolores de cabeza y sabores a chicle, tengo acumulados los puntos bonus de la vida, y mi premio favorito acaba de agotarse, tengo la tarjeta Black del banco más caro y mi prenda para el alma me queda grande, tengo reservada una cena en el Restobar mas lujoso y mi acompañante declina  de la invitación, tengo un par de zapatillas rosadas para estrenar, pero el camino no quiere, no tiene, líneas ni puntos ni rayas, tengo una vida, una larga y enamoradiza vida, pero no quiero usarla, quiero ser enamoradiza de tus otras formas de hombre, de tus otros rostros, de tus miles de miradas apasionadas cuando se dirigen a mí.  eso quiero, quiero dejar de pensar y de absorber el aire que te roza cuando caminas , quiero dejar de ser detective de mi pensamiento de ti, quiero juntar fuerzas de navegante para aventurarme en un viaje lejano de pérdida de memoria, quiero que la vida golpee fuerte mi puerta, irrumpa en mi fortaleza, y me haga notar que el tiempo ha pasado, que nunca estuviste, que nunca has estado, que todo fue un sueño mal soñado, que la vida sigue, que soy mil mujeres con un solo pasado.

Tomado de "Cuentos para no soñar". 

viernes, 10 de mayo de 2013

Vengar a Laura.


—El arma más poderosa de toda mujer se encuentra entre sus piernas—. Me susurró mamá al oído justo antes de marcharse. Nunca más volvió, esperé en vano cada fin de semana, por años, en la sala de visitas del San Francisco, pero sus palabras vagaban en mi mente como alma en pena y a pesar de no entenderlas, las atesoraba y las repetía cada noche como una oración. 

Yo tenía trece años cuando escapé del internado, era de noche y había ido a la cocina a robar un poco de pan cuando sentí un ruido y un respirar agitado, caminé lentamente al lugar de donde provenían esos extraños sonidos. Asustada e indecisa me asomé por la pequeña ventana de la despensa y vi que de alguna extraña manera estaban como ensamblados los cuerpos desnudos del profesor de álgebra y de Sor Mercedes. Me quedé viéndolos un momento tratando de comprender la situación, pero sólo veía  un ir y venir que no entendía, parecían disfrutar una especie de sufrimiento y se tocaban torpemente.
— ¿Estarán peleando?—Pensé afligida. Mientras miraba por primera vez la brillante cabellera de la Sor, siempre oculta bajo un hábito que hasta pensé  era parte de su cuerpo. Estaba a punto de entrar a rescatarla de aquél extraño castigo, pero escuché que pedía por más. Decidí marcharme tranquila, quizás era una de esas secretas penitencias que ellas sagradamente debían cumplir. 
Iba a cerrar la puerta del comedor, cuando me empujaron por las escaleras, aturdida, desde abajo, vi como Don Elías, el profesor, bajaba lentamente abrochándose los pantalones, me miraba con rabia, tuve tanto miedo que me puse de pie no sin dolor y corrí lo más fuerte que pude.  Entré a mi cuarto casi sin aliento y me oculté aterrada bajo las sábanas.
Teníamos a primera hora del día siguiente la clase de álgebra. Sudaba de pies a cabeza pensando en que seguramente me iba a castigar por haber entrado a la cocina sin permiso. Durante toda la clase no me quitó sus enfurecidos ojos de encima. Tocó el timbre de recreo y sentí una cosquilla de alivio en la panza. Me acerqué a la puerta cuando me tocó el hombro y me dijo— Si abres la boca, te mato.
Por varias noches soñé que me mataban, cada vez era una muerte distinta, sentía que me iba a volver loca, esa imagen seguía viva en mi mente y sentía una culpa que me daba náuseas.
— Ésta noche me largo—. Le dije a  Laura llorando. Si quieres venir conmigo debes prometerme que estaremos juntas por siempre.
A la noche ya estábamos listas de equipaje y de espíritu. Habíamos ido temprano a rezar a la capilla, rogándole a Dios que nos proteja.
Estábamos casi llegando al muro que nos separaba de una nueva vida, cuando sentimos unos pasos apresurados tras nosotras. Era Don Elías, corriendo, con los ojos desorbitados y sujetando un enorme palo.
Alcancé a saltar el muro, pero Laura no lo consiguió. Escuché desde la carretera como la golpeaba, cuál piñata de cumpleaños. Sus gritos desesperados se fueron apagando, seguramente estaba muerta y ahora él vendría por mí.
Supe que me quedaba sólo una opción: correr.
Corrí sin parar hasta dar con una bencinera.
—     ¡Socorro!—. Grité desesperada.
Apareció entre las sombras una mujer gorda, que con el susto no se dio cuenta que sujetaba un rollo de billetes en la mano. Lo quedé mirando, sabía que era el pasaje directo a mi libertad. Sin pensarlo mucho tomé una roca del suelo y la golpeé hasta que cayó. Tomé el grueso y verde fajo y seguí mi camino. No podía creer lo que había hecho. Sabía que nadie me seguía, así que caminé adentrándome en el bosque y me dormí en el hueco de un árbol.
Me desperté con la lluvia que aproveché para lavarme la sangre y el barro. Usé la única muda con la que contaba, enterré mi ropa, ahora manchada de rojo y seguí mi camino.
Así fue como conocí la vida, esa perra que esperaba que te descuides para darte un mordisco.  Dejé pasar los años, esperando el momento exacto para vengar a Laura. Para avanzar tuve que ponerle precio a los agujeros rentables de mi cuerpo, robar, mentir, pero por sobre todo resistirme a la vida y al dinero fácil. Fui seducida por hombres ricos en dinero y en promesas, pero elegí al único que podía usar para vengar a mi amiga, el único peligro era enamorarme, era tentar la suerte y dejar de lado las promesas que me hice a mí misma.




martes, 7 de mayo de 2013

Flashback.

Puedo parecer loca y quizás lo esté un poco. Después de años de buscar una vieja amiga la he encontrado y contactado, estoy esperando su respuesta. Me alegra saber que su inteligencia siga en pie y más viva que nunca, hasta me siento orgullosa.
Cuando pienso en todas las cosas que dejé atrás en algún momento, me doy cuenta que hay personas, lugares y recuerdos de los cuales no quiero desprenderme. 
Estoy emocionada, y sea cual sea el resultado me siento contenta. Pude complacerme sabiendo que está viva y que está bien.
Temí que hubiera pasado lo peor, y aunque sé que no recuerdo el momento exacto de cuando dejamos de hablar, mis sentimientos de cariño hacia ella siguen intactos. Tiene mi edad, y compartimos recuerdos y esa generación que aunque avanza en edad sigue viéndose de quince. 
Hoy, hace un par de horas (son las 8 de la mañana) Delfina despertó, como siempre, para tomar su leche. Sólo que era la primera vez que dormíamos juntas, abrazadas, calentitas. Ambas tan pequeñas como un grano de arroz. Después de su banquete cayó rendida otra vez, siempre calentita, como una miniestufa, no como yo, fría y despierta. Fue ahí cuando me encaré el cansancio y decidí quedarme despierta he intentar dar una vez más con el paradero de ella, sólo que ésta vez tendría éxito.
GRACIAS, susurré en silencio.