Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Palabras, palabras, 
silencios innecesarios, palabras innecesarias,
miradas, tropiezos, encuentros, innecesarios...
Momentos, gritos, portazos, 
abusos, trompetas, palmadas, balbuseos!

Tan tan necesarias las caricias, los tirones de pelos y de orejas!
Las doce mil palabras, o las ninguna al momento de amar,
las introducciones a los grandes actos,
los secretos que se cuentan antes de morir,
los libros sin uso en las bibliotecas... 


Amor, todo desierto tiene un principio y un final, un largo exacto, un camino, una meta.
La voz del cuerpo hace ruego al contenerse el llanto, un secreto fecundo. 
Se enraízan las heridas de generaciones anteriores, corre por tus venas un dolor que no es tuyo, se transmite a miradas, a caricias, a silencios. 
Ninguno de esos dolores te pertenece, déjalos ir! 
Tu rechazo no es más que un síntoma, el amor que no sabes cómo tomar es víctima de manos frías de inviernos de otros años.
¿Hasta cuando tiene que durar ésta cadena?
¿Hasta dónde pretendes aguantar?
¿Cuánto tiempo estás dispuesto a vivir así?
El mea culpa... La mía culpa... ¿Hasta dónde lo permito?
¿Dónde me escondieron las tijeras? Todo mi esfuerzo se basa en ser un poco menos peor, y no en ser un poco mejor.
No tengas miedo, amor, no tienes por qué, es natural... Como somos, actuamos, y ser como somos siempre nos trae problemas, porque todos somos distintos. 
Eres libre, y lo sabes.
Puedes ver los límites en la distancia, en la soledad y en la compañía, deja ya de correr una carrera que no es tuya.
La mano se la puedes dar a quien entienda, a nadie más.
No eres tantos como piensas, eres uno con muchas caras, pero es uno sólo el corazón, por eso no lo entiendes, por eso te confundes.
Tú sabes que hacer.
Cada día es una oportunidad para volver a empezar, no te canses. 
Te amo, en tus luces, en tu oscuridad, en tus risas, en tus silencios, en tus lágrimas, en tus momentos ciegos y sordos, en tu egoísmo y en tu bondad, en tu cabeza y en tus pies, en mí misma te amo, te amo mucho más cuando no estás, pero te amo mejor cuando estoy cerquita tuyo, rozándote tanto que me duele tu pensar, que me tengo que rascar tus heridas, que me pesan tus cansancios, me atacan tus dudas, me miro a mi misma como si fueras tú, y sí, duele, pero amarte es lo que mejor me nace, yo te amo así, sin más. 
Te amo recién levantado, cuando duermes, en la ducha, en la calle, a través del vidrio,  a la distancia, a los ojos...
Visita tu desierto, que con sus espinas  va a besar y abrazar mejor que cualquier herida. 
No te asustes, que el desierto quema y el alma prende fuego.
La verdad te hará libre.