La vida de pronto se puso seria. Toda esa alegría infantil que me poseía se fue dosificando hasta desaparecer. Las responsabilidades se multiplicaron y por primera vez, supe que era la frustración. La sonrisa me hacía doler la cara y el pecho, no estaba triste, estaba cansada, no estaba aburrida de vivir, estaba demasiado ocupada en crecer y ser útil a esta sociedad egoísta.
Estoy cansada de tener que comenzar de cero, de volver, de terminar y volver otra vez. Estoy cansada de sentir que tengo que dar explicaciones sobre mis placeres y mis culpas. Estoy contenta de sentirme tan como la mierda porque es una de las formas en las que continuo conociéndome. Y estoy contenta de engordar unos kilos y mirar la playa, de soltar una carcajada donde no hay nadie más que yo. Estoy contenta de estar triste y llorar hasta dormirme, despertar con la cara hinchada pero con el corazón tranquilo.
Estoy contenta de poder escuchar a los demás sin pensar en mí misma y poder dedicarles mi atención. Estoy contenta de haber encontrado estos tres discos que me revolotean adentro y me hacen acabar de emoción. -
(8) Mi amor no tiene esperanza aunque te esperará, mi corazón se amansa, mi amor no tiene venganza, aunque te matará, este viejo no se cansa, siempre te perseguirá.(8)