Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

lunes, 23 de diciembre de 2013

NORTEEEE

Antes pensaba, que irónico, que lo que me hacía daño era lo que necesitaba. Hasta me parecía que a él también. Ninguno de los dos quería asumir que si bien éste amor había sido real, no era suficiente para sentirse lleno y feliz.
Hoy me siento bien, pensé que me destrozaría y que se me acabaría el mundo cuando decidiéramos terminar, pero el final fue aún más inesperado para mí y mucho más liberador. Y la razón fue que cada uno se sintió lleno con otro que no éramos nosotros mismos. Lo mío fue antes, sólo que no quería desistir de ésto que estaba viviendo e insistía e insistía en darle vida a éste juego de dos. Aveces me sentí luchando sola, otras a él. 
Si, se me rompió el corazón al saber que había otra persona destinada a corresponder al que yo pensé y sentí como un gran amor. Y mi corazón hoy está feliz de saber que al menos él encontró el relleno a ese vacío en una persona física, yo en cambio sentía ésto que me faltaba como algo más espiritual y ciertamente lo encontré y confirmé en el mismísimo momento del quiebre. Todo aquello carnal que nos unía me ha dejado una paz enorme ahora que no está, y lo mágico de todo ésto es que siento incluso que le tengo más estima que ayer, cuando se suponía era mi todo. 
Y es que siempre tuve el don de la empatía del que tanto renegaba, siempre me sentí tan comprensiva que incluso contribuía a ese daño que me hacían. Hoy comprendí que yo misma soy mi inicio y no mi meta. 

En mi corazón no hay espacio para rencores, ya ni miedos. Y tampoco hay tiempo en mi vida para permitirme vivir aunque sea una corta depresión. Siempre le aconsejé al resto que en un momento así, uno debía sufrirlo todo, sacarlo todo, masticar cinco minutos la deliciosa miseria y luego chao, se fue. Y es hora de seguir mis propios consejos, darme mis propios ánimos, amarrarme a mi Fe y a mis dogmas. Eso que yo siento y decido que me hace bien, que me sana, que me alegra, que me hace sentir feliz y completa.
Y en el fondo hoy entiendo que lo que me hacía infeliz era no estar cerca de mi misma y de lo que realmente quería. De no amarme por lo que soy sino por lo que tenía y por lo que sentía que me faltaba. Hoy la felicidad brota de mí, brota sana y sinceramente, no tengo miedo de aceptar de que sí, mi orgullo dolió y mi corazón se ha roto, pero al menos eso me hizo comprobar que tenia uno! Jamás sentí una pena así porque el amor se me iba, y en realidad el amor crece, la muerte llena, no vacía! 

Hoy mi sentimiento es de gratitud, no me arrepiento de haber pronunciado ninguna de las pocas palabras de amor que supe decir, porque estaba llena de miedo. Mi más grande gesto de amor ha sido dejarle ir y amarle con todo mi ser. Acompañarle incluso a ir en busca de ésos seres que yo pensé que le harían mejor que yo. Con ésto que pasó no tengo miedo de amar, sino al revés! tengo ganas de amar con todo mi ser a la persona que sea que Dios ponga en mi camino para amarme y acompañarme. Y eso puede ser hoy, en cinco meses, en un año o en diez y yo sé que sabré esperar e inundar de amor a las personas hermosas que conforman mi círculo que crece y crece.

No tengo palabras en verdad para explicar lo que estoy sintiendo, lloré mucho, grité y patalié, pero me saqué todo el dolor que podría estar viviendo mañana pero que ya no está! ¡Qué hermosa vida! 

Sé que en medio de mis dificultades, de mi enfermedad, de mi indecisión, de mis dudas, de mis miedos, de mis errores, siempre, SIEMPRE saldré adelante, porque me siento con un corazón sano y bueno y doy gracias por poder sentirme así, no como antes que me sentía lo peor, con un corazón negro y asqueroso, solitario. Mi corazón ha sido abierto y ya no se volverá a cerrar, menos por un hombre, y menos por ése hombre que yo tanto quise, quiero y querré, ya no como amante, ya no como novio, sino como amiga, esa que yo sé que puedo ser y entregarle mucho más que un placer efímero e invisible o una mano física. 

Gracias vida. Mi sonrisa hoy es mi  arma, no mi escudo. 

1 comentario:

  1. me fascina tu gran talento de la descripción, de lo que hay en el alma, creo admiro mucho esa manera que tienes para expresar tus sentimientos
    cada vez que te leo quedo sin palabras e impactada

    ResponderEliminar