Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

martes, 23 de julio de 2013

SOY MUCHAS MUJERES, CON ÉSTA ME QUEDO.

En mi tercera semana sola, realmente sola, en casa, en una ciudad nueva, completamente acompañada de mí misma y sólo puedo decir que lo necesitaba.- Jamás había estado tan cerca de lo que realmente soy y jamás me había sentido tan clara respecto a planes, sentimientos, pensamientos y me había sentido tan contenta respecto a mi cuerpo y todo lo que implica tener uno. 
Llegar a una casa donde nadie me espera, donde nadie se fija en si se me olvida la bombacha en el baño, o colgar el corpiño en la manilla de la puerta, no hacer mi cama durante días, y un sin fin de cosas que no son importantes, que no hago siempre, fue una oportunidad de conocerme a mí misma un poco más que antes, o incluso, mucho más que antes. 
Aprendí varias cosas sobre mí, cosas que antes no había tenido en cuenta y que me alegran. Cosas -por ejemplo- que por muy sola que esté no soporto tener ropa sucia, loza sucia, el desorden, la ropa colgada cuando ya está seca, los toallones húmedos tirados en cualquier parte, y por sobretodo no arreglarme. 
Cosas que me hacen sentir cómoda como mantener el baño siempre limpio, bañarme seguido, hacer ejercicio y darme todos los días un tiempo para hablar conmigo. 
He tomado decisiones importantísimas que sin duda marcaran una ruta totalmente distinta a mi futuro, he sacado conclusiones y creado propuestas y planes. 
Estoy postulando al plan materno, espero que todo salga como espero, y si no, he decidido dar un paso al lado en el camino de la maternidad biológica, operarme y darle la mano a la idea de la adopción. Me di el tiempo para llorar las cosas que jamás me había atrevido a sufrir y sí, en un momento quise marcharme al imperio de los gusanos, pero mi alegría de vivir fue mas fuerte y me abrazó como nunca antes. Me siento lista para enfrentarme a los siete infiernos y más por vivir y aprender a usar la libertad que tengo ahora, hacer las cosas bien y no sufrir por pequeñeces.
La vida antes de enseñarme a ser fuerte me ha golpeado en el ring  y ahora me siento lista para patearle el trasero a la adversidad y en realidad a cualquiera que se interponga en mi felicidad. Hoy tengo el ego en las nubes y mando yo, yo me controlo, y controlo mi vida. Con la ayuda del que todo creó yo saldré adelante aunque me corten la cabeza.

1 comentario:

  1. A veces la soledad no es tan mala, nos da la oportunidad de navegar en nuestro interior, conocer costas nuevas, desembarcar en ellas y pisar tierra firme. Luego, quizas el tiempo nos regale ganas de comenzar otro viaje hacia la luz del día.
    Muy bueno tu relato.!!!!

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