Las palabras se las lleva el viento, pero sobreviven en el eco del tiempo. Me considero alguien de pocas palabras, pero no estoy segura de haber sido lo suficientemente inteligente como para usarlas en el momento y lugar indicado. Es difícil aceptar el silencio propio cuando irónicamente hace eco en alguien más, como ahora. Hasta ahora no me importaba, y no sé como empezar.
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