Cocó. 21 por ahora. Sin gatos, la mayor de una colección de tres hermanas, adicta a las variaciones del té con canela, fumadora más que social, emotiva. De creatividad lluviosa y nublada, de risas despejadas y calurosas, desapegada y enraizada en cosas que no debería, pequeña de estatura, desenterrando a la otra que se revolcaba de risa y no tenía miedo a hacer el loco, pescadora de recuerdos, friolenta y feliz dentro de todo.

viernes, 26 de abril de 2013

Viva la independencia!

En mi corta vida he tenido muchos trabajos, algunos muy sacrificados, otros relativamente relajados, pero definitivamente ninguno podría ser calificado como fácil. He pasado desde sueldos miserables a otros endiabladamente absurdos. Algunos de mis trabajos incluso han sido voluntarios, comunitarios, y otros casi traspasando el límite de lo legal. Aprendí pronto que no hay que fiarse de cualquiera, y que yo y sólo yo decido en cómo va a ser mi futuro. Tampoco pediré disculpas por mi vida. 
Para nadie es fácil hacerse de un nuevo comienzo y la vida está llena de esos momentos. Sé que mientras esté viva, debo despertarme cada mañana dispuesta a tomar decisiones. También sé que las relaciones estables están sobrevaloradas. La inestabilidad hace que el amor sea más latente que pasivo, la pasividad aburre y cuando me aburro me siento vieja, y eso es lo peor que le puede pasar a alguien que no lo es. Estaba decidida a estudiar Psicología, pero tras una serie de evaluaciones e investigaciones he concluido en que es una carrera tan asquerosa como derecho. Hablar así de un abogado no me libra de que algún día no lo necesite, sólo que no me gustaría estar en su lugar. 

De lo que estoy segura es que depende de mí la necesidad de un psicólogo o de un psiquiatra, vamos, ya pasé por eso y tuve el coraje de enfrentarme a la abstinencia horrible de los medicamentos que me mantenían tranquila en el rebaño, completamente sedada y cegada con que mis problemas en verdad lo eran... patrañas! Todos podemos hacernos responsables y decidirnos a avanzar, y lamento decir que en mi experiencia (y reitero, en mi investigación) muchas veces el "profesional" se limita a cumplir con su jornada laboral sin mantener un verdadero interés en el paciente, sino de los números en su cuenta bancaria a final del mes. Nos seducen con ideas que no son nuestras, pero ésta consiste en dar con los puntos débiles de nuestra humanidad. 
Ésta entrada más que nada es para apetecer las preguntas de "algunos" que no están contentos con el curso que está tomando mi vida, ¡lamentable! Al fin y al cabo soy yo la que tiene que convivir conmigo misma. Y en eso estoy, reconociéndome, cosa que no sucede hasta que estamos a solas con nosotros mismos, es ahí cuando el alma revela nuestro ser desnudo y sin la coraza social.
Somos uno para nosotros, único, original, un ser de luz. ¡A disfrutar de una vida completa conmigo misma!

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