Tendría más placer en mi vida, podría haber ignorado tu poema, frontal, una ráfaga de impertinencia. Es divertido estar en contra de las cosas, la juventud falsa y constante, el alma dilatada de toda triste desesperación.
No se le puede enseñar a quien no quiere aprender, sobretodo si es el secreto de ignorar a quienes no se les agrada, evitar la lluvia febril de amarguras constantes.
Vives del amor en una tina, los hombres dan el amor por sentado y no lo toman. Entonces traficas esa falsedad aparentemente sana e inocente, no culpas al amor por ser lo que es, culpas a tu discreción.
No está en mi naturaleza entregarme, es por eso que ataco con el primer objeto a mano, estoy decidida a hacer lo que ninguna otra haya hecho.
Podrías comprar mi vagina a un dólar por noche, pero yo no lo quiero así, deseo que me conmuevas, el amor es mi droga y mi enfermedad está tan avanzada que necesito en vez de un doctor, la medicina de mejor calidad.
Lo que hay en mi mente es más interesante que lo que sucede fuera de ella, es por eso que debo decir lo que pienso. Es tortura hablar de pasión desde lejos, y de cerca ser tan repelente.
Mujer, estás desesperada, tan noble mente trastornada, la penetración del cortesano, el soldado, el letrado y ella la más desventurada e infeliz de todas. Suspira en vano y bebe, entonces busca en lo más profundo de ella y arranca el mal.
Huí de tu amor y ahora corro hacia él. Es ahí donde aún hay desequilibrio entre los dos: tomaste mi pequeño don y lo lustraste hasta hacerlo brillar. Jamás te perdonaré que me hayas enseñado a amar la vida.
*Inspirado en "El libertino".
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